Perfil

En mi investigación trabajo con distintas formas matemáticas de resolver las ecuaciones de aguas someras, que definen el flujo de un río (por ejemplo). Esto me permite conocer el alcance de grandes avenidas, para prevenir inundaciones y poder tomar medidas  para que no sucedan.

En el camino, colaboro con distintos organismos como Ayuntamientos, la Confederación Hidrográfica y la AEMET (tan conocida por todos). Estos entes me proporcionan los datos para que yo pueda calcular la periodicidad en la que se dan estos fenómenos de lluvias extremas.

Para realizar mi trabajo de forma más agradable, uso un software desarrollado en España que me permite ponerle mapas y colores a lo que hago, así consigo que sea más fácil analizar los resultados y sean más atractivos para otras personas que no han estado conmigo trabajando.

Para mí, los días de trabajo son casi todos iguales y a la vez casi todos diferentes. La rutina de trabajo es la misma:

ordenador con programa específico abierto, programa de tratamiento de imágenes, programa de escritura de textos…
papeles de datos diferentes (caudales, hidrogramas), mapas geológicos y geomorfológicos, hoja con las próximas tareas a realizar…
calendario con actividades (cursos, congresos, reuniones con el personal…)

Pero las tareas son distintas y, aunque hagas dos veces lo mismo, si lo haces por distintos métodos el resultado puede variar y ahí empieza lo más divertido: averiguar qué y por qué ha cambiado (o no) y en qué nos afecta.

Aunque en mi opinión, lo mejor de mi trabajo son las visitas a campo. Esos son los días en los que tu rutina cambia por completo, te pones las botas y la mochila y vas a trabajar sobre el terreno.

En mi trabajo, una línea de actuación es  dar información a los vecinos sobre el riesgo que corren al vivir en su población (riesgo de sufrir grandes inundaciones, por supuesto). Por ello, el dinero iría destinado a diseñar y llevar a cabo esos talleres, para que los vecinos estén prevenidos y conozcan de primera mano qué les sucede y por qué.